viernes, 31 de octubre de 2014

Cronotopo



Mijail Bajtín es una de las figuras fundamentales de la lingüística. Quien basándose en las ideas planteadas por Saussure, le dio un nuevo enfoque al formalismo ruso. Nos dice que el cronotopo hace visible el tiempo en el espacio y permite la narración del suceso: es el vehículo de la información narrativa, es una categoría con cierto grado de abstracción. Todo ello se refleja en la película Oslo, 31 de agosto.


 
Cartel de la película "Oslo, 31 de agosto"  

Oslo, 31 de agosto, dirigida por el noruego Joaquim Trier, es, probablemente, un película que aborda el tema de la drogadicción y sus secuelas psicológicas. La película le hace un guiño a la ciudad, Oslo, y una disección de la interpretación entre personaje y entorno. 
Es en el título donde se revelan las coordenadas en las que se mueve el título: un espacio, Oslo, y un tiempo, 31 de agosto. Es, pues, un cronotopo, esa indisociable unidad de espacio-tiempo, lo que desea reproducir la película; pero cada elemento aporta una diferente perspectiva. El espacio es intersubjetivo, mientras que el tiempo, 31 de agosto, pertenece al protagonista y es subjetivo. Es el día en que decide convertir su devenir en acontecimiento. Es una fecha fuera del tiempo, y que salta hasta los títulos, ya que es cuando suicidarse, y donde, por lo tanto, se suspende el curso de las cosas: se congela la existencia en el espacio, límite entre vida y muerte. Un espacio que permite desprenderse de necesidades y, por lo tanto, abordar lo real en su significación directa, sin intereses: como finalidad. 
En el tema del suicidio, la película juega con una inversión: el suicidio está delante como intento fallido, y el resto de la película es una lucha entre recomposición y desfallecimiento que definirá el futuro próximo del personaje. Todo ello en un arco temporal que va entre la noche y día. Así, el morir es la que lleva al personaje a deambular por las personas que han significado en su existencia, de modo que toda la película es un viaje al pasado a través del espacio del presente: toda imagen está impregnada de una dualidad pasado-presente, se desliza como una doble capa temporal. 

Trailer "Oslo, 31 de Agosto"

Y ese espacio del presente es Oslo, por lo que se une aquí temática y espacio: es un estudio de las condiciones y las oportunidades que ofrece una ciudad, y del límite entre lo integrado y lo marginal partiendo siempre de las categorías binarias que genera la propia sociedad. Cómo una ciudad puede ofrecer cobijo o convertirse en frontera. La película es un análisis de los condicionamientos que llevan a una persona a la adicción cuando, en realidad, hay oportunidades de integración y desarrollo laboral. Parte, ante todo, de un ejercicio de libertad en cuanto a la definición de los personajes, y rastrea las causas de las derivas que cada uno toma. Pese a las oportunidades laborales, pese a la inteligencia en su campo y pese a su entorno inclusivo, elige la droga. Porque quizá sea una forma de reivindicar la libertad. Pero sin complacencias con el personaje. Se revela, a través de ciertas conversaciones, una cierta actitud de instrumentalizar la adicción y convertirla en refugio, en hogar desde el que disparar a la sociedad. La película adopta un punto de vista crítico bidireccional, donde la limitación moral está en ambos campos de análisis.

viernes, 17 de octubre de 2014

Roland Barthes

Roland Barthes
(1915-1980)
La creación de figuras y hechos míticos están motivados por un sentimiento de impaciencia provocado de forma ‘natural’ con que la prensa, el cine, el arte, el sentido común, encubren permanentemente una realidad que no por ser la que vivimos deja de ser absolutamente ‘histórica’, real, verdarera o justa. Con su construcción del mito Barthes quería poner de manifiesto el abuso ideológico que se encuentra oculto en la exposición decorativa de lo evidente. Barthes consideraba la posibilidad de revertir la clasificación de Saussure y tomar a la semiótica como una parte de la lingüística. El Mito es un medio para desenmascarar la falsa evidencia en la que se sostiene la noción de “lo natural”. El mito es un habla, el modo de significación de una forma. El mito es un habla y la encontramos en él el sistema tridimensional significante, el significado y el signo.
La revista Match contó la historia de un matrimonio joven de profesores que se fue a África a pintar cuadros llevando consigo a su hijo de meses, Bichín. Esta historia conmovió a la gente cuando la leyó, impresionada por la “valentía” de los padres y del niño, pues está arraigada en el “mito pequeñoburgués del negro”. La distinción entre significado, significante y signo resultará crucial en el estudio del mito como esquema semiológico.
El sentido está claro de nuevo, la historia del matrimonio que va con su bebé a África a pintar cuadros. Pero la forma se llena de nuevo con otro concepto, a saber, "la valentía del blanco al viajar a tierras hostiles pobladas de negros salvajes y caníbales"¿Quién se para a pensar en la estupidez de tal empresa teniendo delante una suculenta historia sobre el contraste entre la civilización blanca occidental y la barbarie negra africana? Esta historia satisface las ansias (conscientes o inconscientes) de cuentos sobre el salvajismo, en este caso los negros incivilizados (que se oponen a la imagen del bárbaro domesticado, el otro lugar común de las historias de África). El heroísmo de Bichín está en el constante peligro de ser comido por los negros caníbales, algo que nunca sucede, como si el pequeño niño blanco fuera más poderoso. Personifica la lucha entre lo blanco y lo negro, lo puro y lo impuro, el alma y el instinto.
El hecho de que el protagonista sea este niño inocente hace que la inocencia se traslade al lector, como si pudiera ver la historia a través de los ojos infantiles: África se vuelve un espectáculo, un teatrillo, los negros no son personas sino personajes reducidos a la función de entretener al blanco occidental civilizado con sus extravagantes costumbres, que aparecen como imágenes de una película. El peligro que representan en esta historia es también un peligro teatral, sirve sólo para hablar de ello, para convertir la historia en algo más interesante y asequible a la mentalidad que concibe al negro como inferior al blanco, tanto en su sometimiento como en su libertad salvaje.
Este mito pone de manifiesto la distancia entre el conocimiento y la mitología, entre la ciencia y las representaciones colectivas, que marchan dispares a conveniencia del poder, a quien no le interesa que el conocimiento llegue a la gran masa y por ello alimenta las imágenes estereotipadas y adormecedoras de la conciencia crítica.

viernes, 10 de octubre de 2014

ADN SOCIAL

La moda es algo más que ropa, es una distinción estético-social que nos permite distinguirnos y diferenciarnos, de alguna manera, en el contexto en el que nos desenvolvemos.

Soy partidaria de que la moda que vestimos a pie de calle, nos define, tanto en un contexto social, como de forma individual, propiamente dicho, cuando estamos solos. 

“La moda implica un cambio continuo. Realza lo individual y lo efímero, hecho que, precisamente, le confiere ese poder de seducción. Esta se mueve en la estrecha línea que separa el consumo del arte. A diferencia de lo que ocurría en siglos pasados, hoy en día podemos elegir libremente la ropa que deseamos, con la única limitación de nuestras posibilidades económicas... Prácticamente se hace imposible escapar al dictado de la moda, pues si un color determinado se considera moderno, será imposible encontrar ropa en otro color. La expansión de la confección ha permitido que la moda se convierta en un elemento más. El siglo XX fue el siglo de la revolución de la moda. Las líneas y las formas de la ropa eran totalmente distintas a sus antecesoras más recientes. Un ejemplo muy clarificador de este cambio se puede apreciar en la longitud de las faldas. En la historia de la moda occidental, vemos que el borde de la falda llegaba, como mínimo, hasta el tobillo. Pero la falda podía ser aún más larga. Originario del siglo de Oro Español y en referencia a la reina Isabel, en alemán existe un dicho muy significativo que dice que ninguna reina de España tiene piernas. Durante siglos, esta expresión se ha empleado para todas las damas que cuidaban su reputación”.

Considero que nuestra estética visual nos define tanto a nosotros independientemente, como al grupo social que la sociedad nos impone, es decir, si vemos cuatro chicos vestidos completamente de negro pensaremos que son góticos, por ejemplo. Esto se debe al prejuicio social que ejercen mayoritariamente los medios de comunicación.

                                   

A la pregunta ¿La ropa nos define y nos incluye en un determinado grupo social? 

Considero que sí, porque en aquel grupo de referencia que pertenezcamos tendremos similitudes entre nosotros, pero más allá, destacará nuestra propia diferencia entre nosotros mismos. Por ello, creo que estéticamente, a ojos de cualquier espectador anónimo que observa un grupo de amigos "con similitudes estéticas" no se equivocará, sin embargo, los pertenecientes a dicho grupo social, serán los únicos que verán sus propias diferencias.
Todo ello, al ojo del anónimo espectador, influirá para que determine tu nivel adquisitivo, o de mismo poder en la sociedad. Sin embargo, podemos ver como debajo de cualquier prenda se esconde cualquier tipo de persona, desde el más bueno, hasta el más malo. 

A la conclusión que llego es que la ropa nos define, nos exhibe,  pero sin embargo también hace ciego al espectador, nos esconde. Se podría determinar la pertenencia social de las personas o personas que representa dicha ropa, por englobarla en los siglos pasados realmente, pero no se llegan a definir realmente tal y como se es.



viernes, 26 de septiembre de 2014

El día que Andy Warhol pisó la Luna. The Moon Museum.

El 19 de noviembre de 1969 la expedición del Apolo 12, lanzada desde el Centro Espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral siendo la segunda misión espacial que llegaba a la luna.
Junto a los astronautas viajaban seis obras de arte de forma muy discreta en un chip de porcelana que fue colocado en una de las patas del tren de aterrizaje. El chip, bautizado bajo el nombre de "Moon Museum", reunia las obras realizadas por seis de los más famosos artistas de aquel momento: Andy Warhol , Robert Rauschenberg , David Novros , John Chamberlain , Claes Oldenburg y Forrest Myers.


La idea de Myers, escritor, era enviar a la Luna el embrión del que sería el primer museo en el espacio y por ello contactó con uno de los ingenieros del proyecto, el ingeniero Grumman, cuya misión sería colocar el chip en una pata del tren de aterrizaje, único elemento destinado a quedarse en la superficie lunar. De hecho, dos días antes del lanzamiento, el propio ingeniero Grumman envió un telegrama a Myers que decía: “YOUR ON’ A.O.K. ALL SYSTEMS GO.”.
Una vez hubo alunizado con éxito el Apolo XII, Myers se puso en contacto con el New York Times contándole la existencia de este Museo Lunar.